
Rocambolesc es un proyecto de los hermanos Roca: una local en Girona para degustar los postres de El Celler de Can Roca en forma de helados. La idea surgió de la voluntad de Jordi Roca de recuperar el tradicional carro de los postres de El Celler, que había desaparecido de la sala justo cuando el se hizo cargo de esta parte del menú.
Su pretensión original era recorrer las calles de Girona ofreciendo los dulces de forma ambulante…hasta que se encontraron con las limitaciones de la normativa municipal. Ello le llevó a «aparcar» el carro en un céntrica calle de Girona. Así nacía Rocambolesc.

El resultado conseguido en el local es un claro ejemplo de un excelente trabajo conjunto de interiorismo, a cargo de Sandra Tarruella, y diseño gráfico, a cargo del estudio Rundesign, que además elaboró también la identidad visual corporativa y el packaging.
La estética vintage del local se inspira en el mundo fantasioso de Willy Wonka, el personaje de ficción propietario de una fábrica de chocolate en el cuento de Roald Dahl, y en la versión cinematográfica de Tim Burton. El local refleja la ilusión infantil, la magia y fuertes dosis de surrealismo.
El principal elemento que transporta a los clientes a un mundo de fantasía es la pared frontal del local, que representa una máquina de fabricar helados, con las espirales, luces y engranajes que caracterizan a estos artefactos. Pero esta máquina no es puro atrezo, sino que funciona y es la encargada de preparar los pedidos.


Las alusiones a las heladerías tradicionales se consiguen principalmente con el mostrador, en forma de carrito de helados, con un espejo que sirve para escribir los sabores y productos de Rocambolesc y con un banco-bicicleta que también recuerda a los carritos de helados.




Los guiños a la fábrica de chocolate del cuento de Roald Dahl están presentes en detalles industriales como los ventiladores de aspa o los conductos de acero.

Los materiales y colores también han sido importantes a la hora de conseguir el efecto buscado. La madera, empleada en el suelo y las estanterías, y el azul pastel en la pared frontal contribuyen a mundo de fantasía y proporcionan un ambiente acogedor y luminoso.
Rocambolesc también ha querido homenajear a Can Roca con un dispensador de tarrinas hecho con lamas verticales de madera de roble que recuerda al restaurante, situado también en la misma ciudad.


