
Stephen Shore, el artista más joven que haya expuesto en el MOMA, llega a Madrid con una restrospectiva
Los fotógrafos Stephen Shore o Henri Lartigue son el ejemplo perfecto para plantearnos esta pregunta: el talento, ¿nace o se hace? Ambos se iniciaron en la fotografía de niños, con seis y siete años, debido a que un familiar les regaló un cuarto oscuro de revelado al primero y una cámara de placas al segundo. ¿Habrían acabado siendo siendo fotógrafos o mostrado interés por la fotografía de no haber recibido esos regalos? Eso es algo que nunca sabremos. Pero está claro que hay que tener una sensibilidad especial para que, a una edad tan temprana en la que sólo piensas en correr y jugar, muestres interés por esos atípicos regalos. Por lo tanto casi podemos decir que, al menos en estos dos casos, el talento nace, pero también se hace.
Una vez que Shore recibió el cuarto oscuro, se sintió fascinado por el proceso de revelado y comenzó a hacer fotos. Una vez más la suerte, o el destino, jugaron a su favor ya que, cuando tenía 14 años, Edward Steichen -gran fotógrafo y encargado de la fotografía del MOMA de Nueva York- vio sus fotografías y le compró tres de ellas. Y ese acontecimiento fue el que convirtió su pasión y hobby en una profesión. Así, con 24 años, expuso por primera vez en ese museo, convirtiéndose en el artista más joven que haya expuesto en el MOMA.
Hoy, con 67 años, ocupa un lugar destacado en la historia de la fotografía por su trabajo rupturista y pionero en el uso del color. Apostó por la fotografía en color en un momento en que no era valorada y convirtió lo trivial y lo cotidiano en el eje de su trabajo. De esta manera rompió con el acontecimiento y el «instante decisivo» de Cartier-Bresson, reivindicando la antiespectacularidad. Abrió una nueva vía de trabajo fotográfico influenciando a otros fotógrafos como Martin Parr.

Su obra más destacada American surfaces es un viaje por América en el que fotografiaba lo que comía, dónde dormía… a modo de diario. Cuando lo expuso por primera vez en 1972 fue criticado por vulgar, ausencia de oficio y por el uso del color; en definitiva, por emplear lo que se convirtió en el eje de su trabajo y que marcó una fuerte ruptura con lo anterior, tanto en los temas como en el estilo o la propia concepción de la fotografía. Hoy, sin embargo, la fotografía no podría entenderse sin Shore. Ese tipo de fotografías es el que en la actualidad inunda las redes sociales.



La Fundación Mapfre de Madrid realiza una retrospectiva de la obra de Shore en la que expone 300 de sus fotografías. La exposición estará abierta hasta el 29 de Noviembre. Imprescindible.